lunes, 29 de marzo de 2010

Mis cuchas colombianas!

Teresita y Anita. Mis cuchas colombianas. Mis ángeles durante mi estadía en Bogotá. Aquí en la foto están con una amiga venezolana con la que me fui a conocer Andrés Carne de Res pero ese es otro cuento.
Mis queridas cuchas que compartimos durante esos días los cuentos, los desayunos, las novelas y las noticias ¡son lo máximo!  Ellas son Colombia para mí.
Desde el primer día ocupé el asiento izquierdo del mueble grande frente al televisor para compartir las noticias, las novelas, un tinto, agua e´panela, una aromática o la risa de estas dos mujeres ¡de película!
Era muy divertido ver que Anita estaba frente al televisor pero en los brazos de morfeo (o en el sueño del galán de turno de la telenovela, ¡no sabemos!) y Teresita le preguntaba: "Anita, ¿qué está pasando en la novela?" (sólo para ver qué contestaba) y Anita decía: -no le voy a contar lo que es tan largo, venga y la ve- demasíada risa nos daba a Teresita y a mi esa salida tan inteligente.
Ellas tienen un excelente juego de humor: Teresita dice, Anita contradice. Así, esas dos mujeres que me daban bendiciones dos veces al día, me brindaron el encanto de quien es educado con mucho sentido de la hospitalidad.
La risa de Teresita es sonora como de travesura y Anita es la que dice cosas lapidarias que no puede uno sino morirse de la risa.
La vez que me fui hacia Santandercito y Melgar, me prepararon una lonchera con frutas y galletas, además del consabido pote de agua "para la carretera" ¡Consentimiento del puro y bueno!
Qué bonitas mis cuchas colombianas, ¡que Dios me les dé mucha vida y salud!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Taxis!

Me gusta ver la simetría de los taxis. Fue una de mis primeras fotos en Nueva York y ahora trato de hacer la misma foto en cada ciudad que visito. Esta es de Bogotá. Diego mi profesor me dice: "te gusta fotografiar esos zapatos".

martes, 23 de marzo de 2010

Salto al vacio

Es la primera vez que veo un salto de agua vacío. Este es el salto del Tequendama que está aproximadamente a 30km de Bogotá.
Tomé la foto y sentí un vacío, una fuerte impresión, una nada. No tiene nada de agua. Nada.
¿De qué estamos hechos?
Veo la foto y recuerdo que no pude y sigo sin poder describir lo que sentí al ver el salto vacío. Es como ver un final del planeta, es un mal anuncio, una pésima imagen.

El comandante sorpresivo

Estando en Santandercito, un pueblo precioso y colorido cercano a Bogotá, se nos acerca educadamente un policia, oficial, sargento o uniformado, a preguntarnos a Diego y a mi, que qué fotos estamos haciendo en el pueblo. Diego, de la manera más educada le dice que estamos haciendo un entrenamiento fotográfico y que no hay de qué preocuparse que es parte de mi formación.

Le explica que soy su alumna, que soy de Venezuela. El oficial muy amable nos pide disculpas y nos dice: "es que hay que estar pendiente, pero deseo que hagan muchas fotos y su clase sea provechosa, así como su visita en nuestro país". Primera sorpresa.

Diego le dice: -Sargento, tómese un café con nosotros - y digo yo: así me cuenta un poco de este lugar tan bello -y él contesta: -como no, con mucho gusto. Segunda sorpresa.

Diego, le dice: Sargento, aquí mi alumna quiere saber de Colombia y de su policia. El oficial, con la sonrisa que le rebosaba el rostro y cara de buena gente, le dice: "yo soy comandante, y nosotros en la policía tenemos mucho orgullo por pertenecer a ella. Nos educan y nos entrenan para tratar bien a los ciudadanos, colombianos o extranjeros. Venga y le echo cuentos". Tercera sorpresa.

En medio de sus cuentos, escuchándo su voz cantarina y hasta dulce si se quiere, viene un niño a saludar al comandante con cara de admiración y la actitud de saludar a una estrella de hollywood, y el policía le responde como en las imágenes de los libros que tenía en la escuela (cuando le enseñaban a uno a respetar a la policía) saludando al niño con el gesto de pasarle la mano por la cabeza y preguntándole cómo le va en la escuela. Cuarta sorpresa.

Mi quinta y última sorpresa, fue verme a mi misma hablando con un policía y realmente no sentir miedo.
¡Gracias comandante Murillo por darme ese regalo!

lunes, 22 de marzo de 2010

¡Lección de geografía!

En el automercado de Freddy grité: -mira, las papitas colombianas- Diego, me dice: - ¿cuáles? - esas, las que están allí a la izquierda - ¿Esas? esas son papas criollas.
¡Claro! Estaba en Colombia y no había manera de llamarlas de otro modo. Qué cosa tan pendeja, pero me pasó.
Lo que si puedo decir es que mi profesor me las hizo fritas y saben a gloria. Tiene toda una técnica dejarlas como él las dejó: finitas, crocantes y cero grasosas. Dentro de poco me propongo repetir la forma, si lo logro les cuento, sino, tendré que hacer el esfuerzo de regresar a Bogotá a decirle a mi profesor que las de aquí, no saben a las de allá. ¡Siempre es buena una excusa para volver!

jueves, 18 de marzo de 2010

¡Wonder Woman es mi hermana!

Va al trabajo en las mañanas manejando por las calles de una ciudad congestionada por el tráfico y la anarquía, llevando a su pequeño hijo al colegio, con la alegría pintada en el rostro.
Esta maravillosa mujer es mi hermana, a quien con los años hemos llamado Zetty, Yusde, YY, Yyei, Yeyi (con todas sus variantes). 

Hoy. ha cortado su melena larga, negra, bonita y bien cuidada para donarla a SenosAyuda, (organización que trabaja en la lucha contra el cancer de seno) para que la organización haga con su cabello una peluca de cabello natural para las mujeres que lo necesiten.
Me siento orgullosa de ser su hermana y les digo, también vuela, tiene el lazo mágico, es a prueba de balas y pertenece a la Liga de la Justicia.
¡Ailoviu Sis!

martes, 16 de marzo de 2010

La palanca de Arquímedes

Mi amiga Adriana Bertorelli, escritora y poeta (su libro ¨Música de Rockola" es maravilloso) me presentó vía tecnología a su amigo Alberto Salcedo Ramos, escritor colombiano -si pueden leer algo, se lo van a disfrutar mucho, es una pluma escandalosamente buena- a quien ya había leído hace un año su crónica "El Oro y la Oscuridad" que por cierto, me contó Alberto que va a ser llevada al cine.
Me encantó también una crónica que se llama "la niña más odiosa del mundo", otra que es imprescindible leer "un país de mutilados", así como muchas historias que escribe, que lo mantienen en vilo a uno de principio a fin.
Salimos a almorzar esta semana pasada en Bogotá y me encontré con un hombre de risa fácil y rápidos pensamientos.

Estaba más que nerviosa por conocer a tamaño personaje y poder entablar con él una conversación a la altura de su pluma. Preocupación pendeja, pero preocupación al fin.

Lo primero con lo cual me enfrenté fue con su sentido de orientación. Quedamos en encontrarnos en la puerta de un centro comercial a la una. Así fue. De allí iríamos a un restaurante que quedaba cerca. Salimos a la calle, bajamos una cuadra - no, por aquí no es - volvimos a subir, cruzamos a la izquierda - ¿pero dónde está este restaurancito que es tan bueno? - cruzamos a la derecha - aquí hay varios que son muy ricos - hasta que finalmente se paró en una esquina y me dijo: ya va, ya va, es por aquí.
No recuerdo el nombre de la calle -muy bonita por cierto- porque subimos y bajamos y yo me quedé sin saber dónde estábamos. Oh Sole mío, ahí llegamos, a ese restaurant.
La conversa me la disfruté porque Alberto es muy divertido y fresco. Hablamos de muchas cosas; de su vida, sus escritos, su trabajo, del mío, de Colombia, de Venezuela, de sus amigos venezolanos, del queso de telita, en fin, de todo lo que uno puede hablar cuando no se conoce pero que sí conoce algunas cosas.

Lo que si les aseguro es que la risa al lado de Alberto es facilísima.
Una cosa que me hizo morir de la risa fue cuando me explicó que él entendió claramente el principio de Arquímedes, que Arquímedes era un filosofo muy listo cuando dijo: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo" y que él tenía para sí, que el punto de apoyo era el culo de una mujer. Que estaba facílisimo porque no había nada mejor para mover el mundo que apoyarse en un culo.
Alberto, gracias por ese almuerzo lleno de risa y mucha curiosidad.
¡Eres una maravilla!

lunes, 15 de marzo de 2010

traducción simultánea

Más bacano este viaje. Berraquisíma la gente. Cuando estoy de un cacho para finalizar mi curso, empiezo a divertirme, que mamera que me queda poco. El camello ha estado fuerte y no he estado en la inmunda ni un sólo momento. Ni los políticos me dan en la cabeza, es que uno con los días se vuelve muy tenáz. Claro, algunas veces agarro mi camándula y me encomiendo, pero luego de hacer la vuelta y alejándome del estanco para no caer, la paso de pelos con las viejas de mi casa que son una monada.
Uy jue pucha, poco me falta, tanto del curso como de mi viaje y ambas son bacanas!
He conocido pocos lagartos, así que fresco que no pierdo tiempo. Mis cuchos me esperan en casa y pronto los veré, pelaos.

P.D.: ¡Y uno dice que habla español!

Dragona con tetas

Caminando por la carrera 15, voy con mi cámara tomando fotos de las cosas que me gustan o me atraen. Me paro en la esquina y me compro un vasito con mango verde cortado en trozos con su consabida ración de sal. Los domingos esa avenida deja de ser una calle llena de tráfico para convertirse en una ciclovía; un boulevard transitable para peatones, ciclistas y patinadores.
Es una feria para los ojos ver la variedad de personas que se van a "pasear" por la mitad de la calle: un señor con su bicicleta con shores deportivos y zapatos de vestir, otro señor con su pinta super deportiva y un sombrero, o al vendedor que tiene su tienda en dos ruedas, o a mamá, papá y niños, cada uno en lo suyo: bicicleta, triciclo y trote.
Normalmente apreciar la arquitectura de una calle llena de tráfico es un problema de selección ojística, ¿dónde poner el ojo? pero al estar vacía la calle se siente una ampliación visual que hasta para mí que cargo una cámara, es una cosa rara.
En una de sus paredes encontré este graffitti, elocuente con el título de mi blog, quise ponerlo ¡Una dragona con tetas grandes y más allá!
Para que lo disfruten con placer o con horror.

sábado, 13 de marzo de 2010

Desconectada

Tengo muchas ideas que quiero escribir en mi blog, hasta preocupada me siento por no haberlo podido hacer durante esta semana. Entre las clases y los cuatro días que estuve fuera de la ciudad, desconectada casi por completo y muy concentrada en mis ejercicios, no pude escribir, pero mi libreta está llena de notas!
Mientras me ordeno y sigo en clases aquí dejo esta foto que tomé por estas calles de Bogotá.

lunes, 8 de marzo de 2010

Mi horario de atención al cliente

Desde el Viernes a las 6:00 pm hasta el Lunes a las 9:00 am y ¡se acabó!

Un encuentro en el parque

En estos días que ando de estudios en Bogotá, son tantas las cosas que aprendo y que vivo que me siento llena de colores. Ví tanta gente haciendo vida en un parque que me lo disfruté ¡al máximo!
Una señora muy bonita estaba repartiendo volantes donde se leía que Jorge Enrique era candidato para la cámara de Bogotá. Como vi que era del partido de la U que es el partido en línea con Uribe, tomé un volante y la señora me dice: "él es mi hijo, vote por él"
Le digo que soy de Venezuela y se entusiasma esta señora a hablarme y a preguntarme sobre cómo hacemos para vivir en tanta zozobra política.
Le digo que no tengo idea, lo que si le puedo contar es cómo he aprendido a conocer lo que me gusta, a decidir si me gusta y a pensar en cómo lo puedo mejorar. La señora me dice: "tu tienes que hablar con mi hijo"  lo llama al teléfono de forma inmediata y me encontré hablando con un político colombiano que éste próximo domingo se someterá a elecciones.
Fue una de esas cosas "raras" que siempre me pasan y tengo la invitación para hablarle a un grupo de electores o ciudadanos de mi "sobrevivencia" en mi país.
¡Cosas qué pasan!
Ya les contaré, mientras, la página de Jorge Enrique es www.gomezpardo.com por si la curiosidad les pica.

viernes, 5 de marzo de 2010

Varias cosas que aprendo mientras estoy fuera del país

1.- Comprar armas de verdad, eso de nintendo, Wii, etcétera, está prohibido.
2.- A Zelaya hay que darle cobijo socialista pero del siglo XXI: escoltas, suite presidencial, cadillacs, etcétera, y este etcétera si me gustaría saberlo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Es igual ¡aquí ya lo saben!

Los zapatos en los cables de electricidad son iguales aquí en Bogotá como en Caracas. Cualquier pendejo sin oficio va y los tira por ociosidad y ya eso forma parte de una cultura.
Anoche escuchaba a uno de aquí hablar de "su Presidente" asegurándome que era tan parecido "al mío". Es verdad, los dos son Presidentes, elegidos democráticamente y los dos han cambiado su país.
Uno dice "pal´carajo" y otro dice "varón".
La única cosa que yo le pido al amigo de aquí, es que vea lo bueno que ha hecho "su presidente",  que luche y participe para que lo bueno permanezca y no venga un bolsa trasnochado a querer creerse Francisco de Paula Santander y ser su peor versión, para querer fundar no sé qué cosa, con no sé qué otra más, que no son más que nuevos nombres del mal vivir.
Le dije; personalmente, métele el dedo en el ojo al "varón", písale el cayo, pero como ciudadano reclama tu derecho, defiende tus principios y cumple tus deberes (eso cuesta un poco más, pero dale que tú puedes) deja de verle la cara al hombre que te cae mal y evalúa lo que hace, no le des espacio a que venga un encantador de serpientes y te cante la canción con la cual te va a atrapar.
Me habló peste de "mi Presidente" y yo por supuesto sin ganas de defenderlo, y él, sin darse cuenta, no sabía que cae en la trampa, en su trampa, donde no quiere a "mi presidente" pero igual no quiere al suyo que tanto ha hecho por Colombia, duélale a quien le duela.

Mi primer día de clases

Ayer fue mi primer día de clases de fotografía. Les quiero contar como terminó.
La hija de ocho años de mi profesor, le dijo: "Papá, ¿podemos adoptar a Maiskell? ¡Así tengo una hermana!"
¿No es lo máximo? ¡derritió mi corazón!

martes, 2 de marzo de 2010

¡Colombia!

¡Ya en Colombia!
Terminé las clases el miércoles en el Celarg y preparé todo para venirme a Bogotá a mi curso. Tengo tantas cosas por escribir que ya me pongo al día con los cuentos.
Tomo el avión y mientras me leo el períodico "El Tiempo" y me pongo al día sobre la ciudad en la cual voy a pasar los próximos días, ya estoy aterrizando y casi ni cuenta me doy de cuánto duró el vuelo.
Mi primera impresión desde el aire es que todo es verde, una montaña acompaña la ciudad, es parecido al Ávila.
El avión aterriza y nos piden que nos montemos en el autobus que nos llevará al andén o pasillos del aeropuerto. Ya empiezo a escuchar a la gente hablar pronunciando la "S". Todo el mundo prende su celular y empieza a informar que ya llegaron, que si la reunión, que si la familia, ¡que si la vida, pues!
Camino hacía inmigración, hago mi cola y llego hasta el oficial que recibe mi pasaporte. El oficial me pregunta esbozando una sonrisa, qué vengo a hacer aquí y le digo que unas fotos de la ciudad. El señor amablemente comienza a decirme si conozco la iglesia de la sal, que si debo ir a este lado o a este otro, y yo preguntándome si era oficial de inmigración o de turismo.
Finalmente me sella mi pasaporte y me dice: ¡que tenga una buena estadía en nuestra ciudad y la disfrute mucho!
Mi cara fue un poema mientras el señor me actuó la cuña de lo que debe ser el servicio al turista.
Ya les contaré más según vaya viviendo y pasando los días.
Por ahora me voy a mi primera clase oficial.