miércoles, 7 de diciembre de 2011

BBM "Novela"

Tengo días que vengo leyendo las actualizaciones del blackberry messenger. Nunca me había preocupado por ver eso. Me parece que es mucha información sobre lo que hacen los demás. Pero -siempre existe un pero- encontré que dos personas que están dentro de mi grupo de amigos del bbm terminaron su relación después de mucho tiempo.

Lo divertido del cuento es que ellos terminaron, pero usan la actualización del bbm para darse mensajes de "indiferencia" sobre cómo van sus vidas "separados".

El Viernes pasado leí:

Ella: No, no puedes hacerme esto de nuevo, qué poco hombre.
Él: Se acerca el fin de semana.

Ese mismo viernes "Ella" puso:
"Tú y tu familia son unos falsos".
Él: tenía el mismo mensaje.

Se veía claro que ella estaba sufriendo. Por lo menos así lo puso publicamente en su mensaje personal.

Me pareció de un mal gusto tremendo, pero hay formas y personas. Decidí que los iba a seguir por unos días, a ver si fue casualidad o tal como pensé, era una forma de tener noticias el uno del otro.

El sábado leí los mensajes otra vez, como a las 8pm.
Ella: Me veo preciosa.
Él: Listo para conquistar... el mundo!

El domingo en la tarde:
Ella: Gracias Juan ¡eres lo máximo!
Él: Me la hiciste pasar muuuuy bien!

Juan no es el nombre de "Él" por si acaso hay dudas.

El lunes, no ví el status de los mensajes personales de estos dos amigos.

El martes leí:
Ella: Soy bella y la pasé buenísimo, gracias a ti!
Él: A trabajar, pero me encantas!

Hace un rato, leí las dos actualizaciones de esta blackberry "novela"

Ella: Me queda poco para mi super tunning!
Él: puso de avatar una frase que dice: Me encantas! Entiendes o coloco tu nombre también?

Conclusión:
Mujer que se separa, se opera las tetas. Hombre, se empata con otra y listo!

domingo, 6 de noviembre de 2011

¡Días de radio!

En estos tiempos tan especiales en Venezuela, una de las herramientas que más me ha funcionado es el crear proyectos propios y ajenos, con la idea de tener una burbuja particular donde respirar de tanta cosa que pasa en la vida de uno aquí.
Así que entre tanta cosa que pasa, decidí que lo importante eran las cosas que pasan en mi vida. Suena tonto, pero quien viva en Venezuela sabe lo dificil que es mantenerse dentro de una línea de pensamiento personal. Este es un país donde es contraindicado leer un periódico o ver un noticiero,  porque te dan unas ganas locas de irte a vivir a Basilea!

En días pasados fui a desayunar donde mi mamá y solté la perla de "quiero hacer radio".
Soy locutora desde que tengo 18 años, la cosa es que no lo ejercí por mucho tiempo, y no lo hice, porque me dediqué a hacer comerciales de televisión a esa edad, luego fotografías y dejé de lado ese sueño de ser locutora. Ese mismo día que dije "quiero hacer radio", me entrevisté en una emisora de radio en Guatire, Edo. Miranda. Y a la semana siguiente ya estaba en entrenamiento para salir al aire el lunes 17 de octubre.

Estoy al aire en la radio desde el lunes 17 de octubre y ha sido una ¡maravillosa experiencia! No puedo describirles la emoción que me da y apenas comienzo mi cuarta semana!
Muchos de mis amigos más cercanos sabían de mi deseo de hacer radio desde hace tiempo, la cosa es que no lo había decidido con tanta determinación.

El programa se llama "El Hombrillo" y sale en el mejor horario de la zona: desde las 6 hasta las 9 de la mañana! Son tres horas de pura diversión y se siente esa interacción inmediata, la gente llama al programa y es una gozadera! ¡Me he gozado hasta las metidas de pata!

Damos desde el reporte del tráfico, pasando por llevar mensajes positivos y noticias de las cosas buenas que pasan en mi país, porque sí pasan cosas buenas.

Hemos entrevistado a Maickel Melamed, quien justo hoy, está corriendo el maratón de Nueva York y del cual nos sentimos infinitamente orgullosos los venezolanos, también a Lourdes Valera y a Rosario Prieto, importantes actrices del país, a Mirelis Morales con toda esa información que tiene de una mejor ciudad.
Hicimos un programa excelente con María Consuelo Monzant representante de la ONG Senos Ayuda, quienes luchan contra el cáncer de mama. En pocas palabras,  resaltamos a la gente que está haciendo cosas buenas como Vida Gaviria con su twitter de @modomama que enseña sobre la crianza respetuosa de los niños y un montón de personas que tienen algo bueno que decir.

He estado en esto y por supuesto, sigo con mi pasión que es hacer fotografías! Hice unas que ya van a estar a la vista del público y estoy segura que darán de qué hablar!

Estoy agradecida y contenta de este nuevo reto. Estoy agradecida y feliz con mi familia y amigos, que me apoyan en cada aventura en la cual me meto.

La pueden sintonizar en el dial 98.7 FM los que viven en el Edo Miranda, desde Higuerote hasta Los Teques, incluyendo los Valles del Tuy, pero en Caracas, sale escucharla por Internet a través de www.platinum.com.ve desde cualquier lugar del mundo y hasta pueden vernos en la cabina, ya que al entrar en la página van a programación y nos ven vía livestream.

Lo que uno en la vida necesita, es saber y creer que todo lo que uno quiere, lo puede lograr, o como dice Maickel Melamed "Nada es tan grande como para no intentarlo".

jueves, 22 de septiembre de 2011

¡No fueron los temblores lo que más me impactó en San Salvador!

El proyecto es una belleza. Estoy emocionada porque me toca viajar para Costa Rica, Guatemala y El Salvador
Mi primera reunión para el proyecto ya la había realizado en Caracas. La segunda reunión es en Costa Rica con el grupo de Coca Cola, liderado por un señor encantador llamado P.K. de la India. Trabajo muchísimo los dos primeros días, para tener libre el tercero, porque tengo unas ganas inmensas de conocer el Volcán de Poás que tiene un cráter como de dos kilómetros de diámetro y es de un color turquesa ¡increible!

Subo por unas escaleras infinitas, bordeadas por unas plantas con hojas que miden metro y medio o más,  me acompañan mariposas amarillas durante todo el trayecto. Ignoro si las mariposas están ahí por épocas o porque tengo la compañía de Mauricio Babilonia conmigo ese día. Es un día especial donde veo cosas por primera vez en la vida y sé que no lo voy a olvidar jamás.

De allí, vuelo a Guatemala. Me quedo un día y no me da chance de conocer casi nada de la ciudad, excepto que en el restaurant del Hotel Camino Real, había una enorme Marimba, un instrumento que puede parecerse a un xilófono, y digo puede, porque es diferente. Es de madera y está conformado por una especie de taparas alargadas que van de mayor a menor. Quedo fascinada con su diseño. No conozco mucho más, será hasta que regrese en otra oportunidad.

Al día siguiente, vuelo hacia El Salvador. Ya en Costa Rica y Guatemala me habían hablado de que iba a conocer el Valle de las Hamacas. Le dicen así porque hay muchos temblores. De hecho, lo puedo comprobar en una de las tantas reuniones a las cuales asisto. Tiembla más de una vez y yo en estado de alarma absoluta, con ganas de salir corriendo del edificio, y todo el mundo en la reunión me dice: tranquila, eso es normal. Normal para ustedes, esa tembladera ¡no va conmigo! pero nadie se mueve de su asiento y tuve que seguir la reunión con el vaiven que me quedó en el cuerpo.

Sabía de la historia de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado en San Salvador dando su misa y fue la inspiración para la canción "El padre Antonio y su monaguillo Andrés" de Ruben Blades. Quiero ir a la capilla del hospital donde lo mataron, no a la catedral donde reposan sus restos. No puedo ir a ninguno de los dos lugares por falta de tiempo.
Tengo mucha expectativa en conocer la ciudad que apenas un año antes había finalizado una larga e inclemente guerra civil. Los cuentos sobre la guerra son de espanto. Ya tendría ocasión de preguntarle a los amigos que me recibirían en ese hermoso y verde país.

Con tantas cosas por querer conocer, nadie me preparó para la experiencia que vivo al llegar.
El aeropuerto queda como a unos veinte-treinta minutos de la ciudad. Me monto en el transporte que me mandan de la compañía, meto mi maleta y comenzamos el viaje por una carretera nacional, cuando de pronto veo un kiosco que dice Pupucerías. Me impresiona el nombre. Me da curiosidad saber para qué sirve ese kiosco, pero no digo nada. A cien metros del primero, vuelvo a ver otro kiosco que dice lo mismo. Son como de zinc y estan cerrados, por lo cual no pude saber de inmediato de qué se trataban estos kioscos que cada vez se hacían más presentes.

Con el miedo de saber la respuesta, y con cuidado de no ofender, decido preguntarle al chofer del carro qué es eso de pupucerías. El señor se ríe y me ilustra: "Esos son puestos donde venden Pupusas, pero a esta hora ya están cerrados. Son una especie de arepas y se les pone por encima queso, frijoles, carne... son muy sabrosas".

Al llegar donde mis amigos, les pido que me lleven corriendo a comer pupusas porque eso lo tengo que ver con mis ojos, ¡ya! puesto que la imaginación y lo que sugiere el nombre no es como para abrir el apetito.
Las risas y el cuento entre mis amigos permanece: La venezolana que se imaginó lo peor con la palabra pupucerías.

martes, 20 de septiembre de 2011

Credo Personal


Creo en la risa como antídoto para el mal de ojo. 
Creo en la palabra verdad y en aprender que todo aquello que llamamos verdad, no necesariamente es así para los demás. 
Creo en quedarme callada, puesto que abrir la boca da muchos problemas. 
Creo en la locura de mi familia, me hace saber que el mundo está normal. 
Creo en la amistad presente en los buenos y en los malos tiempos. 
Creo en leer para entender que no todo es verdadero. 
Creo en viajar como la mejor forma de estudio de la vida. 
Creo en el agua, como el líquido que favorece las mejores relaciones entre las personas.
Creo en la historia detrás de una fotografía. 
Creo que hay un poco de gente mintiendo por el mundo y a mi me han tocado unos cuantos.
Creo que “basado en la vida real” es una redundancia. 
Creo en el trabajo como el mejor invento contra la desesperanza. 
Creo en tener a salvo la cuenta de ahorros. 
Creo en una buena historia. 
Creo que no puedo serle fiel a la frase “una imagen vale más que mil palabras” porque una palabra puede tener milones de imágenes. 
Creo en todas las cosas que dije y cuando no las creo, las invento.

domingo, 11 de septiembre de 2011

11 de Septiembre de 2001: Una bandera.

 
Los Ángeles, California. 6 y algo a.m.
- Maiskell, levántate, han atacado las torres del World Trade Center en New York.
- ¿Quién habla? ¿De qué habla?
- Es D. Un avión se estrelló en las torres gemelas. Aquí son casi las nueve de la mañana. Estén tranquilas, pero mosca. Estoy pendiente de ustedes. Avísale a C.
No entiendo nada. Agarro el control que está sobre la mesa, prendo la televisión y aparecen las primeras imágenes de la punta de la torre que está en llamas.
Por loco que parezca, la imagen que tengo en mi memoria, es que en un mismo cuadro se veía gente corriendo, ambulancias, la torre en llamas, acompañado de ruidos de sirenas, gritos, el locutor de voz nasal que intenta explicar que un avión de American Airlines se acaba de estrellar contra la Torre Norte del WTC. La confusión está en mi mente y en la pantalla del televisor. 
Un accidente. Falta de combustible. Poco tiempo para aterrizar. Nadie sabe nada. 


Salto del mueble a tocarle la puerta a C. La despierto y le cuanto. Nos quedamos viendo la tele. Pocos minutos pasan cuando un segundo avión se estrella en la otra torre y lo vemos directo en las pantallas del televisor. ¿Será de verdad? ¿Eso está pasando en este momento? ¡No podía creerlo! 
D llama de nuevo desde Venezuela y nos informa del atentado terrorista. No salgan. Quédense tranquilas en casa.
Se caen las torres. Estados Unidos está en alerta total. Hablo con mi familia. Están preocupados. Les digo que no se preocupen que estoy lejos del suceso. Es verdad, pero miento. No estoy tranquila. Estoy dentro de su territorio y el alerta está en todo el país. Nadie puede salir. Nadie sabe si puede salir o entrar del país. El Terrorismo dejó de ser una palabra en ese instante.

No estoy tranquila. Estoy triste. Tristísima. Es como si algo me ha pasado a mi. Es que de hecho, me ha pasado a mi. Siento la tristeza de la ciudad. Veo las banderas. Las de color y las negras. El recordatorio que algo funesto ha pasado. Los periódicos publican la bandera a tamaño gigante para que los ciudadanos puedan usarla.
Estoy segura de que por esos días, muchos se arroparon con una cobija que tiene el dibujo de la bandera.
Algo se pierde. Incluso para una extranjera como yo, la palabra confianza estaba rota.
Un edificio en Manhattan Beach pone una bandera gigante. Por la acera, justo al frente, pasa un muchacho en bermudas y sin camisa, con unas banderitas que ondean desde sus patines rollerblade.

Ese pedazo de tela de trece rayas horizontales, rojas y blancas, y un cuadrito a la izquierda con cincuenta estrellas, no solo simboliza sus trece colonias que lograron independizarse del Reino Unido y las cincuenta estrellas del cuadro azul, sus estados; sino fue el símbolo de esperanza de toda una nación; el hombro, la compañía, el futuro y la fortaleza de un país que había sufrido su mayor ataque terrorista.

Seis días más tarde, un avión de American Airlines me trae de vuelta a Venezuela. 
¿Miedo? No. 
¿Incertidumbre? Toda.
Nadie puede llevarme al terminal. Mi amiga Róndine me deja en un punto de control. Un autobús lleva a los pasajeros desde uno de los puntos establecidos en las afueras del aeropuerto, hasta el terminal. Nadie más puede pasar. Solo pasajeros con boletos que salgan dos horas después.
Control de inmigración. No llevo nada que pueda ser un problema. Nada, excepto que mi cámara Mamiya tiene una cuchilla y la llevaba en el bolso de mano. Rezo. Espero que no me manden a desarmar la cámara. No saben de eso. Paso.
El avión estaba casi vacío. Una viejita se sienta a mi lado. Tenía miedo, un rosario y una pequeña bandera en la mano. Le digo que no se preocupe. Que mientras ella rece, Dios nos cuida.
Me dormí. Llegué a Dallas. Cambio de avión. Otro despegue. Nuevos rostros. Nadie cruza palabras. Tener rasgos árabes, es peor que tener la Peste. Nadie se habla. Nadie se mira. Todos miramos.

Llego a mi país. Veo las imágenes. Lloro por quienes murieron. Me estremezco por quienes quedaron.

Traigo en mi maleta, la bandera de los Estados Unidos en papel. Aquella que publicaron en los periódicos, aquella que con orgullo cada persona Americana o no, la pegó en su carro, en su puerta, en su ventana.

Queda el recuerdo. Es mucho lo que se perdió ese día. Es mucho.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Cómo te digo que me importa, si no.

Me dio por escribir una obra de teatro sobre el tema de hacer y ser lo que uno quiere. Vaya que escribir una línea tras otra de forma coherente, no es nada fácil. Eso de que la creatividad llega en una "musa" cual taxi que uno llama para ir al aeropuerto a una hora especfica, no es cierto. Tuve que sentarme a investigar, leer, aprender, pensar, revisar internamente qué sé o qué he vivido sobre el tema. Recordar los cuentos propios, de amigos y desconocidos, preguntar, preguntar y preguntar, y finalmente escribir.

Todos tenemos la "certeza" de que somos libres de la etiqueta de la necesidad de aprobación, pero nos ponen un post it el primer día de clases en el kinder con pega "no se cae fácil" y tinta indeleble.

Desde muy pequeñitos, nos ponen a repetir "¿cómo es que hace el pollito?" "hazme un ojito" y pare de contar, para quedar bien y ser "graciosos" frente a familiares y amigos. 

El "gracias" y "por favor", me lo mandaron todos los días en la lonchera del colegio (con razón y ¡gracias mami!)

La pregunta que imagino nos han hecho a todas las personas en el mundo es: ¿qué vas a ser cuando seas grande? Y así, nos van "formando"como hasta los dieciocho años cuando se supone que uno es adulto "sabe lo que hace" y es hora de tomar las decisiones que nos incumben para llegar a ser un ciudadano de "bien".

Hasta ese momento, todo bien, pero de pronto aparece un profesor de esos que te dejan la masa encefálica echa papilla, cuando suelta perlas tipo: "El carácter es un estilo de decisión y las decisiones hacen el destino"

Y uno sale a preguntarle al brujo de "confianza" de tu amiga del alma ¿qué es lo que va a pasar en mi vida? Estos tipos inteligentes saben que hay tres temas principales que angustían a casi todo el mundo: Amor, Dinero y trabajo. Si tienes cara triste, vas por amor. Si tienes la ropa usadita, vas por dinero, y si vas a las 11 de la mañana: no tienes trabajo. Así que ellos saben para que vas y te dan la dosis necesaria de respuestas, sin comprometerse mucho con fechas pasadas o futuras, o con nombres precisos.

Pero llega uno de esos momentos de iluminación, que sabes a donde ir a preguntar y te encuentras que tienes que pasar horas de terapia, para desaprender todo lo que hasta ese momento te parecía normal y como debía ser.

La obra la escribí, y finalmente la acabo de revisar y reescribir. Ha sido la mejor sesión de terapia que he podido tener jamás. 

Como un recordatorio de este maravilloso viaje por las letras, dejo esta frase de Oscar Wilde, que resume bien el contenido de mi título:

"Nunca des explicaciones, tus amigos no las necesitan y tus enemigos no las creerán"

miércoles, 3 de agosto de 2011

Palabra que me lo gocé!

Me lo gocé completo, no solo el texto, sino leerlo. Me gocé mi texto y el de todos los que leyeron conmigo para darle un regalo a Caracas en el evento "Palabra de León".
¡Ciento sesenta, 160, 1.6.0., escritores!. Una cosa impensable organizada por IMA que suena a organización, pero es Inés Muñoz Aguirre y su equipo de hacedores, porque no puedo describirlo de otra manera.
Una experiencia nueva eso de ir leyendo por Caracas. Me encantó el poema de Oswaldo. No sé quien es y todavía no monta su poema en el blog que contiene todas las lecturas (http://publicartecaracas.blogspot.com) y quiero leerlo ya!
Hermileydis nos regaló su "Caramba Caracas" y nos llevó por todas las "C" que nuestra ciudad ofrece. Elba Escobar le cantó a su Caracas sin ninguna duda. La conoce de tanto mudarse. Llena de tanta verdad como ella. El escrito de Mónica Montañés es tan sabroso, que al escucharla uno sabe que habla de Caracas y sus caraqueños!

Fue un regalo para la ciudad, pero tengo para mi que Inés Muñoz Aguirre nos dio un regalo personal.
¡Gracias miles!


viernes, 22 de julio de 2011

¡Caracas me la gozo un mundo!

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Hoy leí este texto en el Centro de Arte Los Galpones, y quiero dedicárselo a mi hermana Elizabeth, por tener muchos años extrañando nuestra ciudad, y desde lejos, amarla tanto! 

¡Caracas me la gozo un mundo! 
Disney queda en la calle principal de San Agustín del Norte, saliendo por la autopista Francisco Fajardo. La bajada de esa calle ¡es una montaña rusa! Papá hundía el acelerador para que la caída fuese más intensa y nuestras risas más sonoras. La visitamos muchas veces, sin ninguna otra razón que divertirnos y sentir esa cosquilla en el estomago que produce un salto al vacío.
En el parque El Pinar, queda África. Hasta el sombrero de expedición nos ponía mi mamá y nos contaba que en ese zoológico estaban todos los animales que Noé metió en el Arca.
El boulevard de Sabana Grande me hizo caminar como una paisana de mi ciudad y sentir que me pertenecía este cielo. Allí queda mi Rambla de Barcelona, con esos faroles bellos y sus pisos de adoquín.
El Gran Café, me enseñó que la calle se disfruta con una taza de café en la mano y un juego de ajedrez al aire libre, por eso no me sorprendí cuando fui a Europa por primera vez.
Esos lugares los visité de pequeña. Hoy, salgo a montar bicicleta los domingos en la Cota Mil y es como estar en la ciclovía de Bogotá pero en versión de seis canales de autopista.
La Plaza Altamira, es mi versión de la Fontana de Trevi de Roma, si no se parece, no importa, lo que si es igual es que en ambas he lanzado monedas para pedir deseos.
En Galipán, compro flores como en Holanda. No exagero en la comparación, porque los colores son igual de hermosos. Allí, en nuestra montaña del Ávila, esa que está impresa en los ojos de los caraqueños, queda, entre muchas otras cosas, la terraza del Restaurante de Juan Manuel. Me siento en las mesas del balcón, pido por costumbre mi vino Argentino y miro hacia La Guaira, entre ese verde de la montaña y el fondo azul del mar, impregnado de la luz de Reverón, hermosa como la Costa Amalfitana mientras disfruto de un buen plato de comida Vasca.
La salsa nos imprime ese ritmo caribeño, en las calles de Petare. Si le pongo una samba veo las favelas de Sao Paulo, con su música y su gente, incluso sus historias llenas de vida y de muerte.
Central Park, queda en el Parque del Este.
Siempre creí que una parte de Francia, estaba en el Paseo Los Próceres, porque me pareció grandioso saber que Francisco de Miranda formó parte de la Revolución Francesa y su nombre está escrito en el Arco de Triunfo de Paris.
Caracas no tiene un solo color, tiene el verde de las montañas, el azul del cielo y el alma Vinotinto. Hay ejércitos de creativos, hay gente que camina “por el medio de la calle”, hay gente en los teatros mostrándonos como nunca quienes somos. Es que sé, que le estamos dando paso a una Caracas bien formada, no sólo en su arquitectura sino en su gentilicio. Por una persona que la maltrata, hay diez que buscan consolarla, hay cien que buscan construirla, hay mil que buscan conocerla, hay cien mil que buscan gozarla y hay treinta millones que buscan amarla!
Esto es un mal momento, muy bueno, por eso yo a Caracas ¡me la gozo un mundo!

Maiskell Sánchez
Caracas, 22 de Julio 2011

martes, 5 de julio de 2011

Menos Mal que Bolívar no pudo ser Bolivariano (MS)



El Invitado
Llegó el día esperado. Casi todos estaban agolpados alrededor de la mesa. El restaurante se llamaba “La Cita”. Se encontraban presentes el presidente del Banco Nacional, el general Samuel Zamora comandante del Ejército, el párroco Juan de Dios de la Iglesia local y un periodista de sociales.
Faltaba por llegar el Presidente. Hombre patriota y dispuesto siempre a decir una palabra apropiada. Finalmente llegó sin emitir ninguna disculpa por su retraso.

Había un invitado de honor más, quien se sentó presidiendo la mesa, se le notaba turbado por ese encuentro y por el alto ruido del lugar. Se sentía un poco extrañado por dejar de ser una figura de mármol, pero le atraía la idea de conocer a algunos de los personajes que en su nombre proclamaban justicia, sabía que lo nombraban por su parte heroica y externa, pero no por sus pensamientos y realidades más íntimas.

-Díganos, excelentísimo señor, ¿cómo era el proceso político de éste, nuestro país, en aquellos tiempos?- preguntó el Presidente.
-Señores, esta invitación me ha sorprendido más allá de lo imaginable. Deseo daros las gracias por tan significativa invitación. Tenía mucho tiempo en silencio y agradezco a ustedes el actualizarme sobre ésta mi amada patria. En aquellos tiempos, la patria reclamaba libertad, libertad que era...

-Seguimos en lo mismo señor, sólo que el camisón es diferente, ¡ja, ja! - expresó el Presidente.
El invitado miró su vestimenta, sabiendo que su atavío era diferente, sin entender el comentario.
-Disculpe Usted distinguido caballero, pero agradecería la no interrupción a mis palabras –aclaró el invitado algo incómodo. Hizo una pausa y siguió- En mis tiempos el proceso era difícil, pero recorríamos los países de la América a la búsqueda de nuestros ideales y de abrazar el sueño de una sola República.

-¿Cuántos eran ustedes? –interrumpió el Presidente del Banco- y ¿cómo sufragaban los viajes?

-Dejadme seguir con la idea de la República, describirles nuestros ideales, nuestras luchas, nuestras...

-¿Hacían un fondo de consecución de la nueva República? –insistió el  Presidente del Banco Nacional.

-Tal vez se nombraba una comisión para crear el manejo de los fondos de defensa de la nueva República, digo yo, ¿no maestro?- advirtió el Presidente.

-Maestro fue mi siempre recordado Rodríguez –contestó el Invitado con cara de no entender las preguntas –quien formó mi corazón para la libertad, mi aspiración era menor que su sabiduría, pero ¿comisión? ¿Qué hace una comisión para...

-¡Es normal crear una Dirección General Sectorial de Presupuesto establecido para las conquistas!- afirmó el Presidente.

Al invitado lo estaba invadiendo un poco la impertinencia de las preguntas de sus interlocutores. Tenía la voz calmada, pero se le notaba en el ceño, la incomodidad de la conversación, además del ruido que hacían los platos que les servían y de la constante interrupción de los mesoneros.

-¿Señor, le provoca una arepita con nata y queso, además de una ensalada? -preguntaba el mesonero.

El invitado miraba la cara del mesonero sin contestar a su pregunta, tratando de seguir con la idea que deseaba explicar -Nosotros los hombres de libertad, teníamos un pensamiento común, nos arreglábamos para lograr la conquista de nuestra tierra, hacíamos batallas que...

-¿Cómo se hace una batalla real? Nosotros en el ejercito practicamos, pero es casi como un hobbie- señaló el General Samuel Zamora.

-¿Hobbie? ¡Las batallas son batallas! –replicó el invitado alzando la voz y tratando con ello de imprimir respeto en la conversación.

-Bueno Señor, no se moleste, sólo le cuento nuestra realidad. Lo más cerca que hemos vivido una batalla fue un golpe de estado –dijo el comandante bajando un poco la voz, tomando en cuenta la investidura del invitado.

-Que han tratado de convertir en un acto heroico llamándolo revolución -recalcó el párroco Juan de Dios.

-¡El que sirve en una revolución ara en el mar!- dijo el invitado.

-¿Será eso lo que pasó en Cuba? –señaló el periodista – porque todos salen en balsa desde la revolución de Fidel.

-Pues, ¡aquí hay una revolución! –advirtió el presidente -¡quieran o no!

-Debe ser la revolución del estomago vacío, del desempleo, de la criminalidad, ¡de tantos equívocos!-manifestó el párroco.

-¡Osad, aventuraos y sabréis cuánto cuesta levantarse de una estupidez! -dijo el invitado.

El Presidente se sintió incómodo con el comentario y trató de decir algo que lo ayudara a esquivar el golpe del mismo.
-Nosotros haremos la revolución de “Moral y luces son nuestras primeras necesidades” –anunció el Presidente con actitud triunfal.

-Será Inmoral de bruces caerás en tus propias necedades -Aseveró el párroco –¡y que Dios nos perdone!

-Creo que deben probar un poco más de este plato y mejor cambiemos de tema, que si no va a ser muy difícil hacer la digestión –Insinuó el periodista- así que... algo frívolo para mejorar el ambiente ¿Qué tal si nos cuenta cómo era el amor en sus tiempos?

-¿Habla Ud. de frivolidad en el amor?

-¡Sí, claro! de las fiestas, de las mujeres ¡de ese manjar sólo reservado para los héroes!

-¡Oh! Nada tan ilusorio como las presunciones inconscientes. El amor se compartía con la patria, con los amigos, con los caídos en el campo de batalla, con la fidelidad del amante hacia la mujer querida...

-Háblenos de esa mujer, de la de temple, de la del amor eterno –insistió el periodista.

-Vine aquí con la idea de responder sobre la República, resuelto a hacerles saber los hechos, y alertarlos sobre lo que no funcionó, ni funcionará para República alguna...

-Su excelencia, déjeme decirle que mi dirección y guía ha sido Usted, mi norte, mi deseo de hacer de su pensamiento ¡toda una revolución!

-Me ha nombrado Usted tanto, que es imposible no escucharlo desde donde estoy ¡Me nombra hasta en lo que ni yo recuerdo haber dicho o hecho!

El Presidente se indignó un poco, puesto que aún cuando el invitado era importante, creyó ser más que él y lo humilló frente a todos en la mesa.
-Pero su pensamiento y la lucha por él hará que yo gobierne hasta el 2013- anunció como afirmando con ello su fuerza, su poder.

-Hace unos cuantos años le escribí una carta al General Juan José Flores –expresó el invitado en tono de reflexión- y le comenté que este país caería infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos colores y razas.

-Y perdone mi ignorancia pero, ¿Usted cree que eso puede pasar aquí?

-Perdónese Usted, pero eso es lo que pasa ahora aquí –contestó el invitado.

El invitado se sentía cansado, pero su cansancio no era físico. Su espíritu se hallaba abatido y su corazón reconocía que su lucha sin precedentes para la libertad seguía sin ser entendida. Además de sentirse fuera de lugar porque la gente en el restaurante se acercaba para pedir autógrafos.
Por su parte, el Presidente se sintió ofendido, moviendo su plato hacia un lado y mirando frontalmente al invitado le contesto en tono altanero: -¡Usted me ofende! –sin dejar de saludar a los que llegaban con adulaciones y notas llenas de peticiones.

-No, ¡Usted es una ofensa! –enfatizó el invitado y sacando fuerzas de donde ya no le quedaba, aspiró un poco de aire, pero sólo pudo aspirar el fuerte olor de los pimentones fritos.

-¿Qué clase de reunión es ésta? ¡Devolvedme a mi lugar!

-¡Nos iremos! Por favor mesonero, ¡tráiganos la cuenta! –exigió el Presidente.

-¡Devolvedme al mármol, que al menos allí puedo seguir con la cabeza erguida!

En la espera, el invitado tenía la cabeza baja con la mirada perdida en la superficie de madera de la mesa, cuando de pronto quedó atónito al observar el pago. Se dio cuenta que él pagaba todas las cuentas, cuando vio su rostro impreso en los billetes.

Copyright © Maiskell Sánchez 2001
 
Maiskell Sánchez
Abril de 2001 
P.D.: (Lo escribí hace 10 años, no hay error)

domingo, 17 de abril de 2011

En las alturas

Fue sólo por valiente que dije sí.
Toda la mañana se nos fue en tomar fotos de las distintas aeronaves. Los del helipuerto me sonreían, mientras escuchaban de mis labios -¿puedes mover el helicóptero amarillo para que quede de fondo en esta foto?- Oye, a ver si intercambiamos el naranja y el rojo que están muy cerca y ponemos el verde en el medio para que se vea mejor en la foto- Y así transcurrió la mañana- Ya los mecánicos y asistentes me veían y sabían que íbamos a mover algún helicóptero que estuviera por ahí.

Como a la 1p.m. me dice el Capitán -y quien me contrató para el trabajo- me gustaría mucho que tomáramos unas fotos del Robinson 22 y del Robinson 44. Mi respuesta no se hizo esperar: -Claro que sí.

El Capitán entró a su oficina y salió al minuto dando ordenes para que le preparan el MD 520 Notar que es un bello helicóptero y me dice: ¡vamos pues! -¿desde arriba?-pregunto. ¡Claro! -me dice.

Me vuelve a preguntar: ¿Cuál puerta te quito? ¿la de adelante o la de atrás? la de adelante Capitán.
En menos de lo que pensaba, ya estaba dando vueltas en el aire, sin puerta y tomando fotos de los Robinson. ¡Fue emocionante! y así fue mi primera foto aérea en 1996 ¡parece que fue ayer!.


Ir a tomar fotos es todo un ritual. Llego al helipuerto, me acerco a la aeronave mientras le quitan la puerta delantera. Me hago una trenza en el pelo. Ordeno mis equipos. Bolsos atrás, cámaras adelante, lentes a un lado. Ajusto mis botines, me coloco el sweter (siempre da frío aunque haga sol)
Le quitan el comando del lado donde voy y subo. ¡Rumbo a la foto y al espacio aéreo que tanta emoción me produce!
Hoy, estoy viendo tantas fotos de algunos viajes y me da una alegría indescriptible. Las tengo que escanear porque las voy a montar en mi web, en la cual estoy trabajando.

Voy a poner unas imágenes de unas fotos (tomadas de un celular) que hice el año pasado desde la cima del hotel Embassy Suites de Caracas, amarrada desde tres puntos de seguridad, dirigido por el maravilloso Chino Delón que sabe muchísimo de eso y también es uno de los tantos amigos que se fueron del país.
¡Por los buenos momentos!



martes, 5 de abril de 2011

A 2,50 la Cuba Libre

El Bar está repleto de putas.
Una de ellas vende unas flores con una frase lapidaria: "Anda vale, comprámelas, que hay hombres que le compran flores a su mujer sólo cuando se muere, antes de eso ¡nada!" 
Algo más o menos así, dice la joven que pasea por el bar.

En la Rocola suenan los boleros que escuchaba en mi casa cuando niña, y de pronto salen aquellos tremendos personajes que dejan de ser los conocidos rostros de las artistas que forman parte de la geografía televisiva de nuestro país, para darle paso a un grupo de prostitutas que hacen vida en ese bar. Se pasean por las mesas y cada una a su manera, echa el cuento de su vida y así las vamos conociendo. Se rien y lloran. Cantan y se lamentan. Es un drama tremendo.

Una frase se quedó dentro de mi cabeza: "Yo no soy basura, soy un ser humano" y es cierto.
Nuestro prejuicio al etiquetar a cada persona nos hace olvidar que lo único que podemos contestar cuando alguién nos pregunta ¿Qué eres? es decir que "soy un ser humano". Es la única respuesta que podemos dar.

Vale la pena verla. Vale la pena vernos reflejados en esos dramas que pertenecen al diario vivir y está allí, al ladito nuestro. Las actuaciones son maravillosas. Tuve la suerte de verla dos veces y las dos veces fue una experiencia diferente porque el elenco cambia y cada artista le imprime su toque, su forma de mirar y sentir esas palabras, eso que se actúa.

El papel de la Caimana lo ví interpretado magistralmente por Nohelí Arteaga, quien me impresionó con su fuerza, su expresión corporal y el acento que le pone a aquello que dice. Y luego ví a Luis Fernández en el mismo papel... tremendo, fuerte y valiente.

¿Una de mis alegrias?
Ver a José Andrés Sibaja (mi querido Puck) haciendo una de las cosas que más le gusta que es actuar, y lo hace con seriedad y compromiso.

¿Una sorpresa? la excelente actuación de Elaiza Gil.

Repito lo que escribí en twitter cuando la ví por primera vez:
"A 2,50 la cuba libre, entraña un drama profundo. No entendí la gente que se reía. Aplausos a todos, me hicieron llorar! Gracias!"

domingo, 3 de abril de 2011

Hombre si es gente



Porque los hay malos, buenos y ¡gente!
Copyright© Maiskell Sánchez 2009
 

COMO COMENZÓ A INTERESARME ESTE TEMA 
En el transcurso de mi vida, siempre he escuchado hablar a las mujeres del desamor, del maltrato y de la incomprensión del hombre hacia nosotras.
Recuerdo vívidamente el tema de la paternidad irresponsable en mis primeros años de estudiante de publicidad. Recuerdo también que se hablaba de la relación de pareja desde la atención de la mujer hacia el hombre: el bistec más grande siempre era para el hombre de la casa. Escuchaba que el hombre ganaba la plata y los viernes era el día de gastarlos en “tragos”  o repartidos con la “otra” que era vecina del mismo barrio.
Mi propia experiencia me enseñó, que esas historias no eran parte de la ficción, del imaginario del venezolano promedio, sino que algunas de ellas eran ciertas y así las viví.
Un día tome clases de escritura de guiones de telenovela (2003) con la famosa escritora Venezolana, Mónica Montañés, quien tenía para sí una frase lapidaria: “hombre no es gente” que justificaba las historias que me habían contado las amigas e incluso algunas mías.
La cosa me pareció que requería un proceso de pensamiento y pasé a observar a los hombres y mujeres que me rodeaban, como hacen los naturistas con los pájaros y las flores.
Muchas mujeres solas en todos los cafés hablando de hombres, por supuesto. Todas quejándose de lo mismo; que si el desaparecido del “tipo” ese no llamó, que si me dio excusas, que si yo que soy una mujer “increíble”, independiente, profesional y todas las “cosas” que hemos escuchado. Por otro lado, los hombres hablando de mujeres y pensando con la única cabeza que les sirve, si, así como leyeron, que les sirve. porque la otra, vamos a estar  claras, la desconocemos en la mayoría de los casos. Pero (y aquí viene el pero) descubrí algunas cosas interesantes de ellos que jamás había pensado que les sucedía.

CUANDO ME CONVERTÍ EN MI MEJOR AMIGA
La valoración de que somos mujeres "demasíado" es algo que decimos de la boca para afuera, porque lo que queremos siempre es que el hombre nos valore y cuando no lo hace, nos sentimos destruidas, mal, arrastrando la cobija y pensando que salimos con un “balurdo” de marca mayor, la realidad para mí es que no nos valoramos nosotras por nosotras mismas. Es que bien vista la cosa, no perdonamos ni a nuestro cuerpo diciéndole todo el día: estoy gorda, que si el rollito, que si la cara, que si el cabello, pero ¿hasta cuando vamos a seguir con el maltrato? Si eso lo hacemos con nosotras mismas, ¿cómo es que esperamos que venga alguien a cambiar nuestra mente y nuestra postura sobre nosotras mismas? muy complicado.

ES MEJOR PREGUNTAR QUE NO SABER
Mandé un mail a un montón de amigas, preguntándoles por sus historias con los hombres, y lo que más me entusiasmaba era la idea de tener una base, una información completa para poder escribir un “algo” que dejara claro ese comportamiento absurdo e infantil de arremeter contra la mujer y con muchas ganas de hacerlos responsables de nuestro desamor y comportamiento. Por esas jugadas del destino hablé con un amigo que se arriesgó a decir muchas cosas que me dejaron pensando que esta historia que les cuento, tenía otro lado. Mi amigo Argentino, muy valiente él, me dejó y por escrito, que el desamor no era sólo cosa de mujeres, que él había sufrido mucho por el amor de una mujer indiferente y que también había mujeres que deseaban algo pasajero, que eso de la “llamada del día siguiente” no era esperado por todas las mujeres, que él se había quedado esperando porque una mujer le dijera que lo había hecho bien, que se verían al día siguiente y que pensaba que él era “el hombre de su vida”, es decir, ellos también ven la casita, el perrito, el jardín, la cerca blanca y todas las cosas de lo que llamamos “estar feliz en pareja”
Sus respuestas a mis convicciones me sorprendieron. Salí disparada a preguntarle a mis amigos, qué pensaban ellos de las mujeres que se entregaban el mismo día que las conocían, qué pensaban de las mujeres profesionales que ganaban más plata que ellos, qué pensaban sobre la fidelidad, sobre la belleza, sobre las relaciones con mujeres más jóvenes, y la lista seguía larga. Así supe que ellos no estaban tan interesados en cómo nos quedaban las cejas de perfectas, o la manicure, o los cinco centímetros de más en nuestra cintura.

LO QUE CONSEGUÍ
Toda esta experiencia hizo que me dedicara a hacer una lista de las cosas que me gustan de los hombres.
Aquí va mi lista:
• No consiguen fingir un orgasmo,  o la “elevación” de gusto por una mujer.
• Tienen dos botones: ON – OFF.
• Muchas veces no nos entienden, pero siguen empeñados en hacerlo y seguir a nuestro lado.
• Les parecemos atractivas, aunque nosotras ni nos creamos eso frente al espejo.
• Le ponen empeño a la hora de ser amantes, y se sienten bien si nosotras llegamos (o fingimos)  nuestro mayor el placer.
• Casi nunca les da miedo la oscuridad.
• Se empeñan en arreglar la plomería, aunque después llamemos al plomero para arreglar el desastre que con tanto entusiasmo se dedicaron a reparar.
• Les importa poco lo que piensen los demás.
• Jamás les pasó por la cabeza martirizarse con zapatos altos.
• Les encanta explorar nuestro cuerpo.
• Siempre se terminan la comida del plato y no se sienten culpables por ello.
• Están dotados de hombros donde una mujer puede dormir sin mucho esfuerzo.
• Están en paz con sus cuerpos, a excepción de la calvicie o alguna que otra obesidad.
• No le temen a las cucarachas.
• Nunca mienten sobre su edad.
• No consiguen vivir sin una mujer.
• Cuando les decimos te quiero, siempre piden que les detallemos cuánto! 


LO QUE SIENTO HOY
Seamos lo que queramos, pero seamos nosotras mismas, porque por mucho tiempo actuamos roles, papeles que nadie nos asignó, allí empieza la deformación de lo que queremos (Es que una quiere un príncipe y para eso hay que ser princesa, pero las princesas van al baño, comen cochino, cambian el caucho de su carro, es decir, ¡son auténticas!) Vamos a querer a un hombre, dejémos la cosa con los príncipes que sólo existen en Disney o en las monarquías, donde ya hay bastantes problemas (intriga, infidelidad y afines)
Así que mujeres lindas, espectaculares, inteligentes, vamos a reconciliarnos con esa parte tan fundamental en la vida de una mujer, que es querer a un hombre bueno al lado, dejemos el check list tan estricto que tenemos, seamos flexibles, definamos lo que queremos como amor y no les pongamos tanto peso a los tipos encima! Paguemos el psiquiatra para hablar y que él pague las cosas para disfrutar!!!!
Así nace “hombre si es gente” y esta lista de cosas buenas y otras no tanto, lo convertí en un demo para un programa de radio que me encantaría hacer! (ya tengo varias entrevistas: Alonso Moleiro, Mónica Montañes, Adriana Bertorelli, Frank Quintero, entre otros) 
El demo se los pongo si les gusta la idea, y si se les ocurre como puedo hacer para llevarla al aire, pues mejor que mejor!
RECUERDEN: El proyecto se llama "Hombre si es gente", pero no olviden el selling line: Porque los hay MALOS, BUENOS Y GENTE.

Cuentos de sobremesa

La parrilla estaba lista. Nos sentamos en la mesa. A mi derecha estaba sentado un muchacho que fumaba y hablaba con la misma irreverencia ¿Él, quién es? le pregunté a mi amiga.
Nos vimos dos veces más y fue suficiente para sentir un enamoramiento inmediato. Podía no haberlo visto nunca, pero las dos veces fueron suficientes para sentirlo y entenderlo como si lo conociera de toda la vida.
Nos sentamos en el café. Comenzamos con las risas y los cuentos crecieron en importancia y confidencia. ¿Lo más confidencial que nos contamos?
Hacer su libro.
Suena simple, no lo és. Pasé cinco semanas corrigiendo textos y conociendo las historias detrás de la historia. Más personal que eso, no sé que puede ser.
Hicimos la foto de portada. Me encantó lo que hicimos. Simple, hermoso, apropiado.
Eso fue en Septiembre. El libro salió en Noviembre y ahorita acaba de salir la segunda edición.
La gente dice que el libro es comiquísimo. Ciertamente lo es. Tengo para mí, que mi amigo Totón, escribe con mucho sentido del humor las grandes tragedias que nos pasan.
Lista para la próxima aventura contigo mi Totón!

jueves, 6 de enero de 2011

Necesito un diseñador


La casa tiene un entrada altísima. En el estacionamiento, un par de camionetas negras parecen guardianas de esa inmensa fortaleza. Es casi un set para una foto.

Atravieso la puerta principal, camino por el pasillo que casi llega directo a la playa. Las paredes estan llenas de cuadros. Quien me acompaña, me cuenta de la importante colección que hay en esas paredes. A mi me parece que todo está como muy amontonado.
Me llevan a una sala que tiene vista al mar. Al fondo, varias personas montan mesas, sillas, flores y telas que forman parte del decorado. La piscina se convierte en piso en cuestión de dos horas. Una enorme estructura de madera cubre ese remanso de agua potenciada de azul por las baldosas, y pasó a ser una sala de fiestas a la orilla de la playa.
Son las 9 de la mañana de un día cualquiera y mi presencia allí, es porque me pidieron escribir los discursos que van a pronunciarse esa noche. Los personajes a los cuales les tengo que escribir, son variopintos. El discurso principal, se lo escribo a un candidato presidencial de mi país, el otro discurso lo escribo para una de las fundadoras de una Institución y un tercer discurso se lo escribo al invitado de lujo, un reconocido bestsellers books, como insiste la gente en llamarlo.
Manos a la obra. Sin computadora, sino a la vieja usanza de la libreta amarilla y un lapicero.
Al poco rato me dicen: -quiero que conozcas al dueño de a casa. Cuando lo vi, sólo pude recordar a Danny De Vito, era igualito. Me dio la mano con la misma fuerza que me inspeccionó cual agente de inmigración. Me ofreció desde café hasta Mimosa, y me comentó que era muy importante para él saber que yo me sentía cómoda y bien. ¡Qué amable ese señor! Demasíado para mi gusto. SIgo.
De pronto, aparece una versión rubia de Olivia la de Popeye. Altísima y flaquísima, quién entra con una de las organizadoras del evento. El dialogo aquí, fluyó más o menos así:
-Maiskell, te presento a la novia de Danny De Vito.
-Hola, encantada, Maiskell Sánchez.
Ella, estira la mano, voltea la cara hacía quien nos presenta, y dice:
-novia, no. Fiancée. 
 Educada la niña. Preocupada más por decirme su status que como se llama. Fin de la presentación. Su nombre: Olivia, ¡para que más!
De tanto en tanto, Danny de Vito me da una vuelta para ofrecerme café, jugo, agua o lo que necesite. Siempre le contesto que no, con una sonrisa sacada de una caja puesto que interrumpía en los momentos más importantes de mi escritura, pero él, como que ni cuenta se da.
Al rato de estar allí sentada y con dos de mis discursos listos, me levanto para estirar las piernas y darme un aire para pensar en el tercero. Por supuesto llega un café, un croissant, jugo y Danny de Vito, para conversar un rato y preguntarme por mi escritura, dónde estudié para escribir, qué cosas me interesan al momento de escribir y cantidad de preguntas. Yo tengo unas ganas de contestarle que escribo las cartas de amor de los novios de mis amigas y mi diario, pero como él está encantado preguntando y respondiendo a la vez, pues me engullo mi pastelito y mi jugo sin necesidad de contestar.
Fue hasta el momento en el cual me regreso a la mesa donde escribo, que Danny de Vito me dice:
-¿Estás casada? porque eres linda. 

Mis ojos de por sí expresivos, se abrieron cual par de metras y sólo pude contestar gracias, sin saber que lo que venía era peor.
-Ya sé lo que te haría super bien-
-¿Qué será?
-Te hace falta... algo para que triunfes completamente. 

Su intención sonaba tímida pero su voz delataba lo contrario.
-¿Qué será lo que me falta?
-Nunca has tenido a nadie que sepa como vestirte y destacar tus atributos.
Me dio un ataque de risa. No pude contenerme. Siempre he pensado que me hacen falta muchas cosas para ser mejor persona, pero jamás se me ocurrió pensar que lo único que necesitaba en la vida para triunfar, ¡era un diseñador!