viernes, 22 de noviembre de 2013

Llegará cuando quiera


Todo pierde sentido. 
La respiración se acorta. 
El pecho se oprime. 
La mente se llena de palabras. De imágenes de la última vez. 
De pensar qué me perdí, con qué me quedo.
Llegan los lugares comunes: “es lo mejor” “así es la vida” entre otros, que en algún momento también hemos dicho.
Uno no se inventa el consuelo. Eso no existe, porque la muerte hay que vivirla, ya que la muerte no le pesa al que se va. La muerte se queda en el que vive.
Y el español tiene esa manera única de decir se me murió, porque algo muere en uno cuando un ser querido se nos va. 

No hay palabras que expresen eso. Hay solo tiempo. El vivido con esa persona y el que nos toca vivir después de que ese alguien deja de estar cerca.
No te apures en pasar la página. La muerte no es un libro que podemos terminar y dejar en la mesa de noche hasta que se pierde en cualquier estante o en alguna caja.
Ya llegará el consuelo, y llegará cuando quiera.

martes, 19 de noviembre de 2013

Poema Fracaso. Autor: Rafael Cadenas

Foto tomada de Google (no dice autor)

-->
Cuanto he tomado por victoria es solo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente,
difícil de entreleer es tu letra.

Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías, más precioso que todos los triunfos.

Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste fáciles éxitos, me has quitado salidas.

Era a mí a quien querías defender no otorgándome brillo.

De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.

Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer prefiera a alguien más resuelto, me desplazaste de oficios suicidas.

Tú siempre has venido al quite.

Sí, tu cuerpo llagado, escupido, odioso, me ha recibido en mi más pura forma para entregarme a la nitidez del desierto.

Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra ti.

Tu no existes.

Has sido inventado por la delirante soberbia.

¡Cuánto te debo!

Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja áspera, lanzándome a mi verdadero campo de batalla, cediéndome las armas que el triunfo abandona.

Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.

Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme a la fuerza en un escalón, trepar con esfuerzos propios, reñir por jerarquías, inflarme hasta reventar.

Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.

Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado ser. Por no darme otra vida. Por haberme ceñido.

Me has brindado solo desnudez.
Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú mismo traías el cauterio! pero también me diste la alegría de no temerte.

Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.

Gracias a ti que has privado de hinchazones.

Gracias por la riqueza a que me has obligado.

Gracias por construir con barro mi morada.

Gracias por apartarme.

          Gracias.
P.D.: Gracias a tí, Cadenas, por ser faro en muchos pensamientos.