La
espalda no la aguanto del dolor. Es como si cargara un quintal de papas por una
calle empedrada y en subida. Sudo.
Sigo. Sigo con la convicción firme de que nuestro país ya hizo el cambio que
necesitábamos. Entendimos. Muchos entendimos desde el principio, que este
hombre era una mentira. Me tocó conocer de
cerca parte de su familia y
entendí aún más que su problema no se ha creado con los años; lo tiene dentro
de sí, porque la estructura interna no se inventa, se tiene o no se tiene y con
los años, se muestra lo que de verdadero hay dentro de la gente. Siempre fue un
¨pule¨ botas escondido en un uniforme que respetábamos.
Nos
quiso meter en un país de un solo color. Y a ese color rojo le huímos como a
la peste. Y nos ponen la bota encima y las palabras y el uniforme. Y no
pudieron, no pueden y no podrán hacerlo ¡jamás!
Quedan
24 horas para que nuestro destino como país tenga una oportunidad, ojalá (que
viene del árabe y significa “si Dios quisiera”) sea esta la oportunidad de
liberarnos de un presidente que nos ha irrespetado cada día de su mandato de
todas las formas posibles como se le ha ocurrido.
Cualquiera
que sea el resultado, le agradezco al flaco de Capriles que le ha echado tanta
pierna, literalmente, y que me ha devuelto esas ganas de luchar.
24
horas que me las voy a vivir intensamente. Cada minuto, cada palabra.
24
horas de un país que nunca volverá a ser el mismo.
24
horas que marcan un nuevo camino.
1 comentario:
WOW !!!1 Maiskellita que manera tan impoluta de expresar lo que muchos sentimos
te quiero
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