Todo pierde sentido.
La respiración se acorta.
El pecho se oprime.
La mente se llena de palabras. De imágenes de la última vez.
De pensar qué me perdí, con qué me quedo.
La respiración se acorta.
El pecho se oprime.
La mente se llena de palabras. De imágenes de la última vez.
De pensar qué me perdí, con qué me quedo.
Llegan los lugares comunes: “es
lo mejor” “así es la vida” entre otros, que en algún momento también hemos
dicho.
Uno no se inventa el
consuelo. Eso no existe, porque la muerte hay que vivirla, ya que la muerte no
le pesa al que se va. La muerte se queda en el que vive.
Y el español tiene esa
manera única de decir se me murió, porque algo muere en uno cuando un ser
querido se nos va.
No hay palabras que expresen eso. Hay solo tiempo. El vivido con esa persona y el que nos toca vivir después de que ese alguien deja de estar cerca.
No hay palabras que expresen eso. Hay solo tiempo. El vivido con esa persona y el que nos toca vivir después de que ese alguien deja de estar cerca.
No te apures en pasar la página.
La muerte no es un libro que podemos terminar y dejar en la mesa de noche
hasta que se pierde en cualquier estante o en alguna caja.
Ya llegará el consuelo, y
llegará cuando quiera.
1 comentario:
mi sentido pésame...
Publicar un comentario