miércoles, 7 de abril de 2010

¡Al maestro con cariño!

Ese día me sentía con ganas de cambiar. Abrí internet y dije: Bogotá. Me han hablado tanto de allá que quiero ir a conocer esa ciudad y tengo para mí que la mejor manera es estudiando algo, además que me hacía falta estudiar ese algo.

Puse en el buscador: escuelas de fotografía en Bogotá, encontré varias. Llamé a todas. Pregunté lo mismo en todas, sentí diferente cada una. Escogí una y así escogí la mejor para mí.

Eso fue en Febrero del 2009, pensando en ir en Abril. No pude ir. Tuve la mala idea de esperar por alguien y eso sin duda no sirve. Hice cambios para ir en Julio. Allí ni hablar de poder ir, estaba metida dentro de algo que era imposible aludir: crecer a golpe y porrazo y eso requiere tiempo y dedicación. Nuevamente cambié de fecha para Septiembre y por tercera vez, no pude. La fecha fue el 1ro de Marzo de 2010. Un año y un mes después, que sirvió para ir haciendo una amistad de a retazos, de cancelar fechas y de volverlas a pautar. De contarnos los intereses, la vida de a ratos. Finalmente viajé a Bogotá el primero de Marzo de 2010 a mi encuentro con el que sería mí maestro por casi un mes.

Su enseñanza y dedicación me dieron la entrada a un nuevo mundo en fotografía, y su calidad humana y don de gente me han regalado al amigo más especial que pueda conseguir alguien. Me dió risa, enseñanza, confianza, compromiso y alegrías, además de mucho "tinto" y arepas finitas.

Mi maestro se llama Diego y qué bueno conseguir una persona que realmente pegue con el dicho "lo que ves es lo que hay", original, de verdad, sin miedo a decir, sin miedo a escuchar.

En cada paseo, incluso para comprar la consabida oblea de las tardes, encontraba formas de enseñarme algo. Me hacía ver y mirar. Largas caminatas, eran igual a largas enseñanzas o espacios de preguntas y respuestas a las clases teoricas o prácticas.
El es un maestro, él es mí maestro, además de poder contar con él como amigo de aquí hasta la eternidad, sin caer en cursilerías, pero así es.

Estoy muy orgullosa de que mi busqueda por internet un día para estudiar en Bogotá, se convirtió en un amigo, mejor dicho en varios amigos, porque conocí a su esposa Diana una mujer especial, a su hermano Juan Fernando quien me regaló la música de mi ipod y ricas conversaciones políticas, a su mamá Isolde de quien me encantaron las mantillas que tejía (¡quiero una para mi cama!) a Mayra su hermana con su bella sonrisa, de Juliana quien a través de su arte está en mi casa con unas hermosas y originales piezas, a Pavarotti - luciano- bello bebé, a Nicolás el sobrino (mensaje para mis amigas más chamas: ¡es muy guapo!), a Andrea que no la vi pero la conocí a través de Diego, a Mónica con su energía y vitalidad contagiosas, así como a Gabriela, Alex, Dieguito y Alba, quienes hicieron muy placentera mi estadía en Santandercito y Melgar.

Aquí pongo varias fotos de momentos de trabajo con Diego y un dibujo especial que me hizo Camilla -su hija pequeña- la noche antes de venirme a mi casa, una maravilla de regalo que dice mucho en donde me colocó en su vida.

Yo, definitivamente nací parada y nací ¡el día de la suerte!

¡Gracias Diego, from the bottom of my heart!



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojala todos tuviésemos un maestro sobre el que poder expresarnos con tanta devoción y admiración. Has tenido mucha suerte y me alegro de la oportunidad q tuviste de conseguir esa meta!