lunes, 9 de marzo de 2015

Diario de una viajera: Carnavales de Barranquilla ¡Quien lo vive es quien lo goza!

"Son de Negro" Copyright©maiskellsánchez2010
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Sábado de carnaval:
Abro los ojos a la luz del día en la ciudad de Barranquilla, Colombia, donde me recibe un enorme balcón que da hacia el Río Magdalena. La vista es tan acogedora que salto de la cama, abro el ventanal a ritmo de emergencia por el deseo de ser abrazada por la brisa de la Costa Caribe. Miro hacia todos lados escudriñando el paisaje, y al bajar la mirada a la calle, hay un letrero enorme que dice “Aquí comienza el Carnaval” Ya todo está dicho, el recibimiento tiene hasta carteles para que se tenga presente que uno es ¡más que bienvenido!
Pedro y Julia –mis anfitriones barranquilleros- me cuentan que días antes se había dado la lectura del bando que es un decreto, donde se ordena que la ciudad será inundada por la alegría, se declara “territorio libre y zona despejada de toda antipatía y estrés como lo exige el estado de emergencia carnavalera, hoy, mañana y después”
Salgo a pasear por la ciudad. No queda nada fuera del carnaval, allí están disfrazados los taxis, los taxistas, las casas, las tiendas, la gente, ¡todo está tomado por el espíritu del carnaval!
Domingo de Carnaval
La ciudad no duerme. La música está en todas partes. Nos vamos temprano para la Vía 40 hacia los palcos de lo que se llama el “Cumbiódromo”
Se llega con el carro hasta un punto y de allí se camina hasta esa gran avenida que sirve de exposición a todos los grupos que van a mostrar su colorido. La gente va preparada con su pinta de carnaval: sombreros vueltiaos, franelas que dicen cosas graciosísimas con respecto al carnaval, pelucas de colores, grupos de amigos y familias que se disfrazan de las formas más variopintas imaginables.
Para estar a tono con todos, me compro unos zarcillos con forma de marimonda, que es un disfraz nacido en Barranquilla con una cara muy particular, hecha de una bolsa de tela con tres huecos, bordeados de tela rellena, una nariz larguísima que asemeja un falo y unas grandes orejas que parecen de elefante. Todo tiene colores muy alegres: amarillo, azul, verde, rojo.
Llegamos a los palcos y nos recibe un grupo musical, donde destaca un señor que toca una flauta de millo. Es un cilindro como de veinte centímetros de largo, de poco diámetro, abierto en ambos extremos, que el señor toca como si en eso se le fuera la vida. La gente se emociona hasta los huesos, y es que estar presenciando el arte que nace cada vez que se toca, es ver en vivo una obra de arte.
Comienza el desfile. Arranca con una carroza que recuerda a los secuestrados de Colombia. Me impacta, porque en medio del carnaval, mantienen vivo el deber de velar por quienes necesitan ser recordados. Luego de eso, comienzan a pasar las diferentes comparsas: La danza del monocuco, la danza de las aves, la danza del Mapalé, la danza de la cumbia, el Son de negro, el Mohicano dorado, el descabezado, drácula, la loca, María Moñitos, los gorilas, la Reina del carnaval, el Rey Momo, los cantantes de salsa, merengue, cumbia, vallenato ¡y pare de contar!
La lista de expresiones de bailes y comparsas, es infinita. Una fiesta de colores para los ojos, una fiesta de alegría para el alma.
Lunes de carnaval
Hoy, es el festival de orquestas en la noche, en el estadio Romelio Martínez. Todos los grupos van a competir por el Congo de Oro, que es el máximo galardón. La cumbia, el porro, el fandango, la chalupa, el mapalé, el vallenato, la salsa, el merengue y la música urbana, llenan de música a Curramba la bella.
La noche termina en La Troja, ese templo de la salsa que no puede faltar en el recorrido.
Martes de carnaval
La muerte de Joselito. Con este acto se anuncia el final del carnaval. Joselito es una persona o un muñeco, a quien llevan por las calles en un ataúd o camilla, rodeado de “viudas” que lo lloran de una forma exagerada. Muere “cansao” y “enguayabao” para resucitar en el próximo carnaval.
Me llevo el sabor y la vida que se refleja en la cara de cada barranquillero que pone sus ganas y su tradición a los pies de quien tenga a bien, venir a disfrutar de sus carnavales, porque como bien reza su lema: “Quien lo vive, es quien lo goza”
Twitter: @maiskell

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