Dicen
que los hombres no lloran. Es una gran mentira. Ver las lágrimas del
jugador de fútbol venezolano Emilio Rentería, me conmovió. Me impactó que un
grupo de gente se crea superior por el color de su piel. Esos pocos que así
piensan, lo único que hacen es poner en evidencia lo mal que están por dentro.
Hay un dicho que dice “De la abundancia del corazón, habla la boca”
No es la primera vez que se burlan de él, en Chile, por el color de su piel. Lo insultan y le gritan “mono” haciendo incluso la imitación de los movimientos de un simio.
Imagino
que los pocos chilenos que arremetieron contra Emilio Rentería, se sienten
insultados de que el Presidente Obama, le haya puesto la medalla de la libertad
a una de las escritoras chilenas más queridas por los venezolanos. No importa,
esos pocos racistas chilenos, viven en su propia cárcel
#NoAlRacismo
#QuéLePasaAlMundo
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