Próximos para recibir un año nuevo, no se pese. Pesarse trae mucho mal rato. Coma hasta que el botón del pantalón pueda
cerrarle. En todo caso, siempre puede hacer un día de desintoxicación: jugo de
piña con pepino por un día y bastará para que pueda continuar la parranda al
día siguiente.
Créame, el peso viene etimológicamente de la palabra
pesar, es decir, una pena. (Tal como dicen en Colombia: ¡Ay! que pesar, qué pena
con usted).
Vaya donde quiera y coma. La dieta es una palabra que
inventó alguien con mucha amargura y cantidad de flojera para cocinar.
No se crea todo lo que lee en twitter. Eso trae
grandes problemas de conciencia para poder disfrutar las navidades. Ahí, solo
se escucha: fulano dijo, que perencejo hizo, que mengano se fue, que zutano no
pagó. Y todo el mundo se cree todo. Es como una gran cadena que todos aceptan.
Es más, no lea twitter. Eso le hará ver otra realidad.
Practique ejercicios: empine el codo todo lo que
quiera. Siempre lo van a disculpar porque es navidad “y es la época más feliz
del mundo” y si lo critican, tiene la posibilidad infinita de decir: no
recuerdo nada.
Aléjese de las canciones tristes. Escuche el disco
de Nirvana en navidad (si es que existe).
No trate de ser feliz a juro. Eso tiene consecuencias
graves en su buen humor.
Échese un palo con usted mismo. Sentado a solas. Haga
su lista mental de las cosas que va a mandar para ese sitio tan mencionado
llamado carajo y mire bien donde va a poner sus proyectos en el 2014. Si no se le ocurre nada,
aprópiese de la frase del comercial de Ford: #Vamos2014
Eso sí, goce todo lo que pueda. No deje nada por
hacer, y mi deseo en estas fiestas navideñas es que nadie engorde con las
hallacas!
P.D.: Cada día es un regalo, preocúpese de romper
bien el papel!