lunes, 25 de marzo de 2013

Querida Alexa


Ayer me acosté deprimida leyendo tus tweets. Desde decir que la gente no quiere entender lo que nos espera con el candidato que “no es presidente sino encargado a dedo” o “el sustituto-usurpador” hasta la manera como decías que si pierde Capriles, te vas del país. Me acosté pensando cuanta razón tenías, y hasta hice una lista de las cosas que debo hacer para una posible ida del país.
Pero el sueño siempre trae nuevas respuestas. Y me paré pensando si es que tu no eres del oficialismo, porque pones en la mente de los que te seguimos, el olor a la derrota que es justo lo que busca la gente del gobierno que no las tiene todas consigo en esta oportunidad.
Fíjate varias cosas en las cuales he pensado y que puede que no sean descabelladas del todo. En primer lugar este gobierno que tiene 14 años con Chávez y 100 días con Maduro, lo único que ha podido hacer es meter miedo y violencia porque las dictaduras no son competentes.
Maduro no está capacitado como jamás lo estuvo Chávez tampoco. Ninguno merece el nombre de ser presidente de un país que si bien es como un adolescente por lo rebelde y a veces estúpido de su actuación, tiene también grandes hombres que nos han representado.
Los del gobierno tienen la necesidad de nombrar a un personaje de la historia, porque ellos no son capaces de hacer historia por si mismos.
Aquí no está escrito quien gana. Aquí hay que salir a votar y así le podremos dar un cambio de rumbo al país. Hay que llamar a los amigos del extranjero y decirles que vengan a votar, que no les damos 500 mil sino una patria libre y democrática. A los de aquí hay que decirles que el trabajo es un derecho y que eso nos da la libertad de elegir lo que queramos ser, que hay que votar, hay que trabajar y hay que vivir bien. Que creer en una persona y no en un sistema, los convierte en esclavos para el resto de sus vidas.
Mi sobrino Daniel de 8 años de edad, quien desde ya está haciendo su carrera como futbolista, sabe que el músculo más importante a trabajar para poder ganar partidos, es la mente. Porque si él piensa que puede hacer un gol, lo hace, está entrenándose en el ejercicio de ser un humano cabal y de eso nos encargamos en la familia, de que él sepa que puede hacerlo.
Te cuento esto, porque la esperanza del gobierno es el desánimo. Y no se puede, no se debe alimentar la derrota y la desesperanza. Hay que vencer muchos obstáculos, pero hay dos que son vitales para las próximas elecciones: la abstención y el derrotismo.
Hay una historia que voy a tratar de contártela lo más sencillo posible: El Mago Merlín tenía una pelea terrible con Madame Mim, quien era más poderosa que él. Lo estaba derrotando y casi lo mata. Ella puso las reglas para no cumplirlas. Hasta que Merlín descubrió la única cosa que lo salvó de una muerte segura: ¡la indiferencia! contra eso no pudo Madame Mim y de esa forma Merlín se salvó de la peor de las brujas!
Este pueblo no Chavista, ha resistido cosas terribles. Hemos quedado muchos sin trabajo, sin casa, cada vez con menos, pero con una cosa segura: la certeza de que el gobierno no sirve y eso los mata, los corroe. Por eso nos amenazan tanto. Aquí hay más gente buena que mala. Aquí se ve mucho más lo malo porque la noticia que vende es cuando muere un niño, no cuando nace, querida Alexa.
Maduro y su combo, sabe lo buen líder que es Capriles, porque tiene un liderazgo real. Lo que se ha hecho sin plata, sin medios y sin prácticamente apoyo, es una masa enorme de voluntades, de gente. Y el cambio lo hace la gente. Hay que darse cuenta y reforzar lo fuerte que es Capriles, y de que Maduro no tiene respuestas porque no existen las respuestas.
Los Chavistas también ven el mal mandato de maduro, no son todos radicales ni pendejos. La gente chavista piensa y ha estado muy mal que el opositor le diga que no piensa, que es bruto, niche y balurdo. Eso hace que el voto sea en contra de otro pendejo opositor que solo lo ha condenado al ostracismo.
Twitter se ha convertido en el espacio donde he visto el mayor bullying en Venezuela. Creo que el uso de ese espacio, denota una autoestima bajísima de nuestra población que se ha dedicado a denigrar a sus congéneres. Pero el mundo está así y los ejemplos abundan, desde las Kardashian´s que le gritan e insultan a su madre en televisión internacional, pero tienen éxito con ello y viven la vida que muchos soñamos y nos fajamos a trabajar por tener, hasta un Luis Fernández que se alegra y además tiene éxito por ser un insultador de las mujeres sin tener los ovarios que cualquier venezolana de a pie tiene.
El disfrute que ha debido gozar el gobierno con la cantidad de improperios que hicimos a los artistas que se cambiaron de bando, les ha dado más publicidad. Que se cambien unos cuatro loquitos, no nos debe importar, solo nos confirma quienes son los que están y lo mejor de todo, es que nos dicen donde están. Hay una diferencia enorme entre un artista y un farandulero y me parece que el grupo que está con el oficialismo le va muy bien el rol que van a interpretar.
Bien lo dice Sun Tzu en el arte de la guerra “Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas”
Tienes una cantidad de seguidores en twitter para enviar el mensaje correcto, solo tú sabrás si quieres llevar adelante esa empresa, será tu responsabilidad. Para algo existe el libre albedrío. Si sirve de algo, me pongo a tus ordenes otra vez, para apoyar en una campaña a la que solo le quedan días por decir algo nuevo y beneficioso.
Te lo dejo hasta aquí. Te mando un abrazo y una invitación a un café, para que me digas si lo que va a vencerte es el miedo o si por el contrario, saques esa garra de lucha que tienes y se la contagies a tus casi 17 mil seguidores!
Un abrazo
Maiskell

jueves, 21 de marzo de 2013

Si que me lo recordaste, Mariana


@maiskell
Copyright©Maiskell Sánchez 2013
 
Cuando empecé a escribir mi columna “Desde las gradas” en el blog Deportes con tacones, mi deseo era describir lo que veo de los deportes, como aficionada, como público que desde una grada disfruta de lo que sucede en un campo, en una pista.
Para nada soy experta, bien lo dice el nombre de mi columna, estoy en las gradas y desde allí les cuento mis experiencias.
Siempre imagino ver al humano detrás del deporte. Me gusta saber la historia de ese personaje sobre quien recae la gloria o la desgracia de un triunfo o una derrota. Son muchos los años de preparación de un deportista a quien nosotros desde la grada vemos emerger como un campeón casi de la noche a la mañana. Los expertos lo ven antes, por supuesto. Pero ya dije; soy novata.
Hace algunos años, vi mi primera carrera de Fórmula 1. Me enamoré de inmediato de un piloto con sangre latina. Piloteaba su monoplaza a ritmo de samba. Me enamoré porque era guapo, guapísimo, pero también porque era lo más cercano a sentir alegría y orgullo de nuestra latinidad. Para un Brasil en plena depresión, Ayrton Senna, era la “esperanza” de un Brasil mejor, y un poco de esa alegría, nos la tomábamos los venezolanos, como cuando se llenaban nuestras calles con el triunfo de Brasil o de Italia en los mundiales de fútbol. 
Ayrton Senna era el rey de la conducción en las pistas bajo un tremendo palo de agua. Era increíble verlo en una carrera. Audaz, arriesgado, inteligente. Estaba hecho del material del cual están hechos los grandes: disciplina, constancia y trabajo. 
El sonido del motor es una melodía que viene desde lejos y va en aumento como nuestros nervios, ese in crescendo, que en su punto más alto, nos recuerda a quienes nunca hemos asistido a una carrera real, que debemos ver el letrero de lap, ese número de vueltas que se marca en la pantalla del televisor.
Decían que Senna hacía ruborizar a las mujeres a su paso, por su calidez y picardía. A mi me encantó desde el mueble de mi sala. Primero lo valiente, lo arriesgado y después esa cara de niño travieso y algunas veces de malo, que le daba un aire muy varonil, además de algo que guardaré para mi memoria y que no les pienso contar.
Me gustaba escuchar las historias de su rivalidad con Alain Prost. Imaginaba a Senna como Meteoro con los rollos con Rex, y esa tira cómica, por un momento, se volvía realidad.
Me parecía que Prost era desaliñado y un poco engreído, en cambio Ayrton Senna sacaba su carta de latino mencionando a Dios, a su familia, ayudando al que necesitara incluso dentro de una carrera cruzando la pista arriesgando su vida por auxiliar a otro piloto y esa costumbre de pararse a un lado de la pista y pedirle la bandera brasileña a un compatriota del público, para luego dar una vuelta ondeando la bandera de su país.
Les pongo una descripción que hace QualyF1 y Wikipedia, sobre la actuación de Ayrton Senna en el Gran Premio de Japón en 1988:
“…Ayrton consiguió la pole y largó con medio título en el bolsillo. Sin embargo, apenas la luz del semáforo cambió a verde su motor Honda caló y quedó estático en medio de la pista viendo cómo el resto de los pilotos lo sobrepasaba. Gracias a la pendiente en bajada que tiene la recta principal del circuito de Suzuka, su carro se movió de a poco y Senna pudo encender el motor para retomar la carrera, como consecuencia del incidente cayó estrepitosamente de la primera posición a la 14ta y luego empezó a remontar desde abajo de manera descomunal: en la 2da vuelta ya era 6°, en la 3ra era 5°, en el siguiente giro se ubicó 4°, en el 11vo ya se colocó 3° y con oportunidad de ir por la caza del líder de la prueba, el francés Alain Prost.
La lluvia que cayó sobre el circuito facilitó aún más dichas oportunidades debido a la enorme habilidad de Senna para correr en condiciones de esas características, de esta manera, tras una ardua lucha para abrirse camino entre los primeros lugares finalmente adelantó a Prost en el inicio de la vuelta 28, aprovechándose del tráfico reinante y de una falla en su caja de cambios, lo cual ralentizó críticamente el ritmo del galo. Luego Senna se mantuvo imbatible al frente y acabó venciendo de manera formidable la carrera que lo coronó como campeón mundial a sus 28 años…”
¡Fantástico! Pasaba del puesto 14 al primero sin que nadie pudiera superarlo.
Dos de mis películas favoritas son de carreras de autos: Las 24 horas de Le Mans protagonizada por Steve McQueen y Cars.
¿Casualidad?
No sé. Lo que si fue una casualidad, es que esta mañana quería escribir algo de Ayrton Senna. Cerca de las dos de la tarde mi sobrina Mariana me manda un mensaje: Hoy Senna cumpliría 53 años. Me hiciste el día Mariana. Me recordaste algo especial ¡me hiciste recordar el cumpleaños de Ayrton Senna!

viernes, 1 de marzo de 2013

Un gato, el hermano y la jalea de mango


Por Maiskell Sánchez
@maiskell
Copyright © Maiskell Sánchez 2013
 
El gato está en la oficina. La gente se mueve de un lado a otro para verlo, y en menos de cinco minutos, la oficina queda vacía como si un vendaval pasó por aquí. Todavía tengo dos llamadas por hacer y un ajuste en la presentación. Me doy cuenta de que pasa media hora y me voy a buscarlos. El gato es Andrés Galarraga, ese hombre grandote y de mirada dulce que ha dejado el nombre de Venezuela bien alto en más de una ocasión. 

Primera vez que lo veo y no puedo evitar recordar que en 1997 vi imágenes, mejor dicho, gigantografías de Andrés, en la ciudad de Denver y en las afueras del Coors Field cuando jugaba con los Rockies de Colorado. Fue impresionante ver esos tremendos carteles, me sentí muy orgullosa, como si lo conociera.
Por fin voy a conocerlo. Camino hasta la sala de reuniones y está abarrotada de gente que habla de juegos, equipos, jugadas, momentos del béisbol que ha vivido Andrés, todos con una sonrisa en la cara. Las mujeres presentes en la sala me dicen en susurros: -¿verdad que es bello?- no puedo más que sonreír. Hombres y mujeres posan con El Gran Gato, para llevarse una foto de recuerdo . Pasan unos minutos y nada que la gente se va. Me presento. Nadie escucha. Me siento al lado de un señor que no conozco, le saludo, estiro la mano y digo: “mucho gusto, la gata Galarraga”. El señor se ríe de buena gana y me contesta: “mucho gusto, Luis Alfonso Galarraga” La cara se me puso roja, pero me hice la loca y decidí que era mejor reírme. 
14 de Julio. Día de la toma de la Bastilla. Día de las fotos con El Gran Gato. Andrés es paciente. Un brazo de Andrés es del tamaño de mis piernas juntas. Trato de ajustarme a la foto mientras él hace un swing lentamente. Me monto en unas petaninas o apple box, que son unas cajitas de madera que se usan para alcanzar altura. Andrés es grande. Juan y Luis Alfonso conversan al fondo del estudio. Me doy cuenta de que afuera todos están agolpados detrás de la puerta, tratan de ver o quieren estar cerca del “ídolo”. Hay una ventanita pequeña llena de muchos ojos que quieren ver la sesión. Cambio de vestuario. Se escucha el silbido típico que identifica el piropo o el gusto. Termino la sesión, las puertas se abren y entra un gentío a tomarse fotos con Andrés. Hablo con Juan y Luis Alfonso, miramos las fotos. Todos contentos. 
Luis Alfonso, es el hermano de Andrés. Siempre sonríe. Me dice: “Le conté a Andrés lo de la Gata Galarraga”- miro donde está Andrés y ambos ríen, tal vez de la picardía o de mi cara de ponchada. No importa. Igual me lo disfruto.

Mientras todos hablan con Andrés, converso con Luis Alfonso. Le digo que ver a Andrés a través del lente, fue tener el privilegio de ver tanta vida y tanta historia pero sobre todo, una enorme sencillez para alguien que como él ha logrado muchas cosas. 
El mejor jugador. El orgullo de Venezuela. Había pasado por un cáncer. Todavía tengo la imagen de un montón de cartas que forraban un enorme jardín de gente que le había escrito para apoyarlo durante su enfermedad. No sé el nombre del fotógrafo pero admiro esa forma de narrar una historia completa en un solo click. 
Alfonso me cuenta que él también fue jugador de béisbol. Que fue el primero en tener amor por la pelota. Me habla de los juegos de chapita en Chapellin –zona de Caracas, donde nacieron los Galarraga- donde conserva aún gente querida y conocida. Tuvo que dejar la pelota por el trabajo para que Andrés pudiera hacer su carrera. Me quedo maravillada de su confesión. Nunca un ídolo llega solo a ninguna parte.
Me explica que tiene apellido italiano. -¿Galarraga?, digo yo- No, Padovani –me contesta. Pienso que me dice eso porque usé la palabra bello en italiano, arrastrando la e, de forma de romper el hielo en la sesión de fotos, cosa que nos dio risa a todos. Los Galarraga saben sonreír. Siempre sonríen y de forma plácida. Como esas risas verdaderas que contagian. 
Me gusta esa música que pusiste durante las fotos –me dice. Rubén Blades siempre es buena compañía –pienso. Además, a quien le miento, me encanta la salsa. El reto que me lanza es ir a bailar. Ya lo haremos. Algún día.  Días después, me invitó y fui. Era más conocido en ese local que el mismo Andrés y baila muy bien la salsa. Nos hicimos amigos, desde ir a comer, hasta ir al mismo gimnasio, pero el mejor regalo que me dio Luis Alfonso, fue un día de semana que me contó que fue a Capaya –un pueblo del oriente del país y donde existe la leyenda que ahí nació Simón Bolívar- ese fin de semana y trajo un montón de mangos. Me habló de la jalea de mango que hace Juanita, su mamá. Me trajo la primera. En agradecimiento, le envié a Juanita, una mata de Gloxinia que tiene flores de colores muy vivos. 
De ahí en adelante, Juanita recibió muchas Gloxinias. Yo, en cambio, me comí muchas jaleas de mango de sus maravillosas manos. Cuando Alfonso decía: “es temporada de mangos en Capaya” yo sabía que era temporada de Jalea. 
Luis Alfonso nos dejó en Mayo del 2008. Juanita, en el 2011.
Volví a ver a Andrés otra vez haciendo fotos. Esta vez, jugando Golf. Juega en serio. Gana campeonatos. Practica golf con mucha disciplina y lo hace espectacular.
Caminé con él, con Juan y con Salo, los dieciocho hoyos. Por supuesto, yo con ganas de jugar siempre, le digo a Andrés que Juan y Salo no me dejan, él sin pensarlo me da el palo y me dice, dale. No lo pensé. Tengo propensión a hacer el ridículo sin problemas. Recibí un tremendo halago de Andrés, quien me dijo, lo haces bien, tienes técnica. Fue un solo hoyo. Fue la gloria, como la Jalea de mango de Juanita.
 
Caracas, Marzo 2013.