@maiskell
Copyright © Maiskell Sánchez 2012
Hay
una canción que dice así:
Rata inmunda
animal rastrero
escoria de la vida
adefesio mal hecho.
Infrahumano
espectro del infierno
maldita sabandija
cuanto daño me has hecho.
animal rastrero
escoria de la vida
adefesio mal hecho.
Infrahumano
espectro del infierno
maldita sabandija
cuanto daño me has hecho.
Nunca había escuchado esa canción hasta que el personaje a quien fotografío la canta y
me parece ¡genial!
Lo divertido es que no esperas que ella te cante esa
canción. Ella es elegante, serena, de pocas palabras y de mucho trabajo. No
imaginas que Paquita La Del Barrio haya calado en su gusto musical. La realidad
es que su formación multicultural, le hizo tener una amiga mexicana que se la
enseñó y ella disfrutó de ese aprendizaje.
El
día que la conocí, lo primero que me sorprendió es el trabajo muscular que
tiene. Me dijo que era genético y entonces pensé que mi abuela y mi tatarabuela
han debido ser mínimo primas de Hércules para tener algún pedacito de esa genética.
Luego
veo que lleva un guante con una raya azul, que combina con el short y la visera
que tapa casi todo su rostro. Maquillaje cero. Es una salida al campo entre
amigos, sin embargo, está concentrada como si se tratara del juego de su vida. Le
tomo una foto directo al rostro mientras me dice: “…me han contado que haces
muy buenas fotos... “ Sonrío y por dentro pienso -estas me quedaron malísimas- solo atino a decir: deberíamos hacer
unas fotos formalmente.
Es
flaca, flaquísima. No conozco a nadie que tenga su bronceado. Ese día, ella va a
jugar golf con cuatro amigos. Ella sola. Ellos con ella. Debe jugar bien. ¿Le
va a dar a la pelota duro? -pienso. Cuando le da a la pelota no hay diferencia
entre ellos. Corrijo, lo hace mejor que casi todos ellos. Juega y lo hace impecablemente. No atino a calcular qué edad tiene. Habla poco. Siempre sonríe.
Me
entero después, que es la única mujer venezolana en este momento que está en el
Ladies Professional Golf Association,
(LPGA) organización norteamericana para golfistas profesionales femeninas. Con
ella, son tres las venezolanas que han estado allí.
Verónica
Felibert juega golf en serio. Para mí que he “jugado” (traduzca: pegado
pelotas) golf de comiquitas, lo que ella hace es muy en serio. Y es de esas
personas que pudo con dos carreras; ya que aparte de golfista profesional, se
graduó en Negocios en la Universidad de Southern California, que estudió ahí con el ánimo de
elevar su juego porque jugó desde pequeña, que ha ganado torneos desde que era
amateur, que ha jugado en la PGA midiéndose con puros hombres, porque tiene el
toque para hacerlo, que de seguro se cepillaba los dientes antes de dormir
cuando era chiquita y que ganó en el kinder un torneo de golf porque de
pronto el niño jesús le regaló unos palos.
Mi sorpresa es mayúscula cuando al año, recibo la llamada para hacer fotos de Verónica Felibert. Pauto la sesión
según la fecha en la cual ella va a estar en Venezuela. Viene a un encuentro
Venezuela-España y hará dupla con Jhonattan Vegas, para enfrentar al equipo
español que lo encabezan Sergio García y Carlota Ciganda, entre otros
jugadores.
La
veo jugar un Pro-Am -juego entre profesionales y amateurs- que muchas veces
precede a un torneo. Salgo con ella para hacerle fotos en el campo y con dos
señores más que juegan de forma no profesional, y a quienes vi confiados al
momento de salir en el hoyo uno. Cuando vamos por el tercer hoyo, uno de
ellos, que es muy divertido me dice: ella juega bien, ¿tú sabes dónde juega? Sí
–le contesto. Juega en el LPGA. Creo que la mandíbula del señor llegó al piso
en un instante y me dice: nosotros lo que estamos haciendo ¡es el ridículo!
Luego
siguió la competición entre Venezuela y España. El torneo terminó con la Copa
en manos de los españoles. No estaba feliz de los resultados porque en
Venezuela tenemos excelentes jugadores, pero si tenía muchas fotos y un par de
días llenos de diversión.
Ella
realmente se gozó competir en su país de una forma relajada, pero es que casi
puedo asegurar que tendría el mismo temple si jugara con Bubba Watson. De
hecho, en Julio de este año, se midió a las mejores del mundo en su quinto torneo
desde que está en el LPGA. Para que se hagan una idea, su posición era la 723
en el ranking mundial para el momento del torneo en Arkansas y lideró el torneo
viernes y sábado. Le faltó poco para ganar, llegó al cuarto lugar y le
regalaron una cantada de cumpleaños feliz en el hoyo 17 que fue vista en todo
el mundo. Ese torneo lo ganó Ai Miyazato, pero Verónica nos puso en el mapa del
golf femenino actual y ganó algo más, que veremos en los próximos tiempos.
Ya
para el tercer día tocaba la sesión de fotos fuera del campo. Lo hizo
maravilloso.
Ella
es una profesional del golf pero debo decir que es una profesional en
psiquiatría para zancudos si se lo propone porque tiene tres elementos que la
hacen brillar siempre; su disciplina, disposición y su entusiasmo. Además
cuenta con un extraordinario buen humor que es hasta capaz de salir conmigo un
día a jugar al campo y tengan por seguro que le voy a pedir que cante la
canción de Paquita La Del Barrio.
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